Autor: Gabriela Carmona Slier
Título: Cuando el sonido del mar se detuvo
Año: 2024
Técnica: Instalación
Texto curatorial: Gloria Cortés Aliaga
Fotografías registro exposición: Jorge Brantmayer
Fotografías performance: Croma Registros
Museo de la Solidaridad Salvador Allende
5 de octubre 2024 – 27 abril 2025
Ve lo que has hecho de mí, la santa más pobre del museo,
la de la última sala, junto a las letrinas, la de la herida negra
como un ojo bajo el seno izquierdo.
Ve lo que has hecho de mí, la madre que devora sus crías,
la que se traga sus lágrimas y engorda, la que debe abortar
en cada luna, la que sangra todos los días del año.
(Blanca Varela, Vals del Ángelus, 1972)
Arrastrar un gran manto rojo por el mar constituye la principal acción en el video de la artista Gabriela Carmona, en un intercambio simbólico entre la vida y la muerte y como un caudal de sangre que atraviesa los intersticios de la memoria. La acción silenciosa de la artista es acompañada por los instrumentos que recuerdan la desaparición forzada de los cuerpos arrojados al océano; rieles de ferrocarriles grabados con poemas que atenúan el dolor, junto a piezas textiles a modo de cuerpos que deambulan por el espacio museal. “La santa más pobre del museo”, “la que sangra todos los días”, manifiesta la ausencia, el castigo y la penitencia.
De este modo, videoperformance, objetos, textiles, impresiones fotográficas y dibujos conforman el cuerpo de obra que sitúa al propio cuerpo de la artista a modo de un antimonumento en Cuando el sonido del mar se detuvo. La obra que presenta Gabriela Carmona tiene su origen en Quiero llorar mares (2020) –frase recogida de Ana González, histórica defensora de los DDHH– donde la artista construye, a partir de la donación de prendas rojas, el manto sacrificial en el que otras mujeres plasmaron sus sentimientos sobre el dolor. Resultado de diversas formas de violencia, el duelo como una práctica individual y social, reconfigura el paisaje, lo transforma en una matriz mortuoria, en un despliegue de símbolos y representación social de un trauma colectivo.
En esta subjetividad política de las mujeres, en la feminización de la muerte y la expresión del sufrimiento, anclada en los procesos sociales de narración y producción discursiva, se ejerce y manifiesta el verbo desatado, la práctica doliente del cuerpo y donde, finalmente, se manifiesta la acción cuidadora y reparadora de la comunidad.
gloria cortés aliaga