Nomade Bienal, MMAM, Museo Municipal de Arte Moderno.
Cuenca, Ecuador.
Soy rio, soy agua que fluye
que respira, que cae.
Soy agua que guarda los gritos
de los muertos
arrojados al mar,
de los cuerpos callados.
Soy una letra triste que recorre
la penumbra negra de este paisaje.
En el miedo.
NINGUNA MUJER DEBERÍA SER ACOSADA NUNCA.
El cielo cae de mi mirada
y recuerdo lo que ya no existe.
Donde están mis amores
donde se fueron mis hermanos.
NINGUNA MUJER DEBERÍA SENTIR PUDOR DE SU PROPIO CUERPO.
La noche negra me aterra de mi desnudez marginal
y el peso de tu sexo sobre mí.
Por la historia de tu lujuria
despiadada,
por nuestra humanidad avasalladora y cruel.
NINGUNA MUJER DEBERÍA SEGUIR SIENDO VIOLADA.
Tengo pena, una pena
que se convierte en piedra, en roca
en un amuleto.
Un fuego caliente me quema de mis venas
de mi erotismo mutilado.
NINGUNA MUJER DEBERÍA SEGUIR SIENDO ASESINADA
Soy agua desolada.
Soy mi cuerpo entumecido,
dentro de tu vientre inexistente,
soy un pájaro caído.
NINGUNA MUJER DEBERÍA SEGUIR OCULTANDO SU CUERPO.
Este es mi verso más negro,
porque estoy en la tierra del sur
donde yo nací,
devastada.
Donde las mujeres
somos huesos ocultos bajo el agua
Muertas.
EL ENGAÑO ES ABUSO, ES CRIMEN, ES MUERTE.
Ninguna mujer debería
perder su libertad.
El negro oscuro del cielo.
Texto performance.
Gabriela Carmona Slier