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Imágenes quemadas

Imágenes quemadas.

Inicié este trabajo, seducida o inspirada por un tejido que me regaló mi abuela materna antes de morir; una bufanda, demasiado grande… y me he preguntado si inconscientemente, me regaló un manto invisible, un escudo, un tesoro que me abrió las puertas al tejido y a los relatos ocultos de tantas vidas y tantas muertes.

Esta serie de trabajos que incluye, performance y textil, surge desde un deseo de explorar y exponer a mi cuerpo a un estado vulnerabilidad y al mismo tiempo de libertad, por medio de la exploración de un lenguaje corporal que busca sus raíces en un inconsciente colectivo y la memoria de mi cuerpo.

En el desarrollo de la acción performática muevo mi cuerpo, usando una vestimenta que confecciono con la técnica del telar, mientras por medio de mi propia voz en off voy narrando textos poéticos, en donde declaro que muevo mi cuerpo por primera vez, después de siglos de silencio. Con esta acción y metáfora quiero aludir  a mi historia y biografía, en torno al miedo, al acoso y la violencia simbólica y real hacia el cuerpo femenino su incesante   hostigamiento, dolor y desaparición, como una constante social política en Latinoamérica; por otro lado, mi movimiento corporal a modo de danza o baile torpe, me dispongo en un estado mental  despojado de raciocinio, en donde voy fluyendo en una corporalidad del silencio, del yo consciente y del romper con estereotipos de asociados al cuerpo femenino.

Descripción:

Imágenes quemadas.

Video Performance.

Telares.

Pintura.

Trabajo desarrollado a partir de la confección de piezas textiles con la técnica del telar.

Año 2020

Texto audio voz en off / Imágenes quemadas.

Hoy día muevo mi cuerpo por primera vez, después de siglos de silencio, estuvo bajo tierra, desnudo y solitario, fue quemado y silenciado, lo violaron tantas veces.

Y ahora está volando, dentro de unas alas de lana, que no son alas, son pirámides son piedras, son tumbas y son vida.

Se mueve por primera vez, sin saber dónde.

Golpea el suelo, que no es suelo, es tierra blanda, y me sumerjo y me sumerjo y vuelvo a comenzar.

Sin ser de ningún lugar, habito entre piedras, agua y tierra.

Una vez tuve un lugar propio, estaba lleno de agua. pero me arrancaron, me dividieron

y no se volver.

Quizás fue el útero de mi madre, el océano entero, o quizás cuando vivía debajo de la tierra

mis pulmones se expandieron, y yo no era yo, tenía alas para respirar, y una espesa espuma negra

que se colaba entre tragedia y tragedia, entre camino y camino, buscaba mi casa, mi tierra mi agua

mis hermanos.

A mi abuela de dolieron las manos toda su vida.

Estaban dobladas, al final se le rompieron por el peso, de tantas vidas de violencia.

Heredé sus miedos, me los dejo como testimonio

de siglos de silencio.

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