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Desgarros y ocultamientos: el universo interior de Gabriela Carmona
2019

El cuerpo no es una cosa, es una situación:
es nuestra comprensión del mundo y el boceto de nuestro proyecto.

Simon de Beauvoir

Gabriela Carmona es artista mujer. Su biografía y condición impregna su obra, que se vuelve, a su vez, un espejo que mira al mundo. Un mundo que es femenino y que no tiene rostro. Que es femenino y huye deliberadamente de la belleza. Que es femenino y, por eso, duele hacia dentro.

Fantasma, o Numen, que aparece y desaparece como si de una captación de antaño fotográfica del aura se tratase.

La imagen fantasmagórica que a todos persigue de algún modo, que impregna recuerdos y se sumerge en lo pretérito, en aquello que ya no se puede cambiar, en aquello que marca y configura cada existencia. Una figura que se borra, que viaja al pasado, al recuerdo, que se oculta para evidenciar así, paradójicamente, los hechos, la presencia.

Tapar el rostro, hacerlo sujeto de misterio, buscar deliberadamente la fealdad como gesto de rebeldía ante un mundo que cosifica, que iguala cada historia sin ser igual, que frivoliza.

El tabú del cabello y la belleza, la mujer oculta, encerrada, tapada.

La exclusión para ser incluida, el anonimato de la artista que universaliza una anti- imagen en la que todas nos vemos reflejadas, porque no tiene rostro y, sin embargo, nos mira, nos susurra, nos grita, nos reclama.

Crucifixiones simbólicas que hablan de las llagas de lo femenino a lo largo de la historia, del espacio y del tiempo. Ser el punto de mira, frágil diana y terrible Judit a un tiempo. Ser mujer.

El desgarro como gesto de dolor, el cosido que más bien es punto de sutura.

Telas que no son nuevas, que tienen historias, que están desgarradas, cosidas, atadas.

Telas que invaden espacios, que ocultan presencias y sugieren recuerdos. Telas que ensamblan historias, aromas, cosidas en gestos comunitarios de solidaridad.

Compartir para hacerse fuerte, exponer, gritar en grupo, en femenino. Prendas que nos cuentan vivencias que, si un día se ocultaron, ahora salen a escena, para quedarse, para subrayar ante todos nosotros lo que cada uno lleva dentro. Retales de mujeres, amantes, madres. Retales. Denuncia.

Arte acción congelada en un proceso performático captado en instantáneas que se transforman en pinturas, en momentos que dejan huellas, heridas, cicatrices para siempre. Aniquilamiento, desaparición, sombras pegajosas por la sangre. Gabriela da voz a todas a través de su cuerpo, el boceto, el proyecto, que es el suyo y el de todas en un gesto que es valiente, que es femenino.

…¿Quién dijo que ser mujer es sencillo?

Inés R. Artola
Teórica y curadora de arte.

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